El resultado final fue peor del esperado por el piloto almeriense, que no acabó de encontrar el ritmo al volante del Seat Córdoba WRC en un recorrido en el que le faltó confianza para lograr mejores cronos. De entrada, la falta de neumáticos adecuados, al no recibirse a tiempo los previstos para competir en esta prueba, ya supuso un hándicap para Maldonado, al que también le costó volver a adaptarse a la conducción con notas sobre un trazado que no era muy adecuado para las características del Córdoba, con el que además aun le faltan carreras para poder sacarle todo el rendimiento.

Todos estos factores no permitieron a Maldonado rendir como esperaba, lo que tradujo en unos cronos muy irregulares que, de todas formas, le situaban en la cuarta plaza de la general a falta sólo de la última pasada por Hirmes. Pero en el tramo final, con la distancia respecto al tercer clasificado siendo ya insalvable, Manuel se relajó en exceso, empeorando su crono anterior y perdiendo de forma inesperada dos posiciones, acabando definitivamente sexto en la general de la prueba.